martes, 28 de mayo de 2019

Queriendo olvidar,
sin tener la lucidez
para dejar marchar.

Siempre sería,
a luz de sus ojos,
la más hermosa.

Él recordaba
sus momentos con ella;
era un sueño.

Sólo despertó,
delirando, pensando,
fantaseando.

De pronto supo:
aquello no era cierto,
no volvería.

Desde entonces
decidió que debía
dejarla marchar.

-Elena Casado

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